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Dokdo, la primera víctima de la usurpación japonesa en la península coreana

09. “Oho Guhan Isaui” (¡Oh! La antigua Corea ha perecido ya), Shinhan Minbo* (21 de septiembre de 1910)

  • 신한민보

PeriódicoShinhan Minbo

“Oho Guhan Isaui (Alas! Old Korea Is Already Dead),” Sinhan Minbo* (September 21, 1910)

[Traducción]

Editorial
“Oho Guhan Isaui” (¡Oh! La antigua Corea ha perecido ya)
¡Oh! La antigua Corea ya ha perecido.
El cielo se ha derrumbado y el suelo se ha colapsado. Con el corazón hecho trizas y derramando a borbotones lágrimas de sangre, apenas puedo pronunciar palabra alguna. Corea es una nación que se ha mantenido durante 4.243 años y tiene un territorio de 82.000 ris** cuadrados. Es una nación en la cual habitan veinte millones de personas, un país avanzado de la civilización oriental. ¿Quién hubiera imaginado que perecería una noche a manos de la vil espada de los invasores procedentes de Samdo***? ¡Oh! Me embarga el dolor y el asco. Corea ha muerto. ¿A manos de quién? Ha sido asesinada por nuestros abominables adversarios, los japoneses. Hasta que cobremos venganza de nuestros enemigos, no seremos capaces de dormir con las piernas cómodamente extendidas ni tampoco podremos llevar la frente en alto.

¿A quién se supone que nuestros compatriotas que están a 12.000 ris de aquí podrán apelar su dolor e indignación ante estas nefastas noticias? Por más que clamen al cielo, no hallarán respuesta. Por más que golpeen el suelo, tampoco encontrarán réplica. Preferirían quitarse la vida antes que escuchar estas desgraciadas noticias. Sin embargo, si no lo hacemos nosotros, ¿quién podría restaurar nuestro territorio? Embargados con esta pena e indignación, cerramos nuestros ojos y nos preparamos para tomar venganza. Ya nada queda por lamentar ni titubear. No lo dudemos más y salgamos adelante. Tomad una espada si así lo deseáis, tomad un arma si así lo preferís o tomad un cañón si así lo queréis, pues aniquilaremos al enemigo que mató a nuestro país, lo cual es peor que aquel que hubiere matado a nuestros padres. Si cada uno de nosotros se hace cargo de dos, podremos aniquilar fácilmente a nuestros enemigos invasores. Quienquiera que tenga la mente juiciosa lo hará de buena gana y no habrá margen de refutación.

Como dice el viejo refrán, quien mantenga la mente despierta podrá preservar su vida incluso cuando sea atacado y arrastrado por un tigre. Esto quiere decir que mientras preservemos el buen juicio, sin lugar a dudas, habrá una oportunidad de sobrevivir. ¡Compatriotas, hijos de esta tierra, mantened vuestra mente despierta! ¡Deudos de esta nación establecida por Dangun, nuestro fundador, avivad vuestra conciencia! Si mantenemos nuestra mente lúcida sobreviviremos, pero si no lo hacemos, entonces no habrá esperanza. Acabamos de afianzar nuestra firme determinación y rápidamente debemos prepararnos para luchar encarnizadamente.

Según referencias y habiendo comparado informes de los medios nacionales así como los comunicados realizados por los alemanes, se puede saber que los soldados japoneses han colocado puntos logísticos cada 10 ris de nuestro territorio, nuestros compatriotas han sido detenidos y las calles de la capital están desiertas con excepción de los soldados y policías japoneses. Considerando esta situación en la que -más allá de la furia que sentirán- nuestros compatriotas en suelo patrio están sometidos por el enemigo y ni siquiera pueden respirar debidamente bajo el gran peso que les agobia, ¿cómo evitar que se nos estruje el corazón y derramemos lágrimas de sangre? Los extranjeros que no están ligados en lo más mínimo a nuestro pueblo dicen que los coreanos son impotentes y que habiendo sufrido la desgracia de la anexión ni siquiera se inmutan por ello. Ellos solo creen en las palabras taimadas de los japoneses y son incapaces de ver la verdad acerca del pueblo coreano. Sin embargo, nosotros sabemos mejor que nadie la situación de nuestros compatriotas en suelo patrio tal como si estuviéramos viéndolos con nuestros propios ojos. Su indignación reprimida ha alcanzado el límite y cuando explote, sacudirá el cielo y la tierra como la pólvora encendida por el fuego. Nuestros compatriotas en Corea se asemejan a la pólvora y nosotros al fuego, por lo cual llegará un día en el que estaremos en contacto y seremos capaces de encender un detonador. Esto no es XXX**** de este periodista y ya no queda opción para nuestros veinte millones de ciudadanos.
Nunca nos arrodillaremos ante el Emperador japonés y por nada en este mundo obedeceremos las leyes de los japoneses ni tampoco nos dejaremos subyugar por ellos. Uniremos como es debido nuestras voluntades para fortalecer nuestras organizaciones, decretar nuestras propias leyes en pro de nuestra autonomía y establecer un gobierno provisional que cumpla con los requisitos fijados por el derecho internacional.

* El Shinhan Minbo fue un periódico publicado por coreanos residentes en Estados Unidos.
** ri es una unidad de longitud usada antiguamente en Corea. - “XXX” indica una palabra o frase ilegible.

[Texto original]

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